febrero 28, 2009

¿Qué hace exitosa una peli?

Hay películas que se basan en libros, adaptaciones mejores o peores de obras mediocres o excelentes. Pero también están las películas que se basan en guiones originales, escritos por profesionales. Son miles los guiones que buscan lugar en la gran pantalla y al parecer la selección de una historia con potencial de cine hasta ahora ha dependido de la subjetividad de algunas personas. Por supuesto son personas con experiencia, que leen muchos posibles guiones y seleccionan los que a su parecer tienen aquellos elementos que hacen de un simple relato un éxito de taquilla. Y como no, a veces se equivocan... o eligen buenos guiones que un director destroza o un mal casting echa a perder.

Algunos científicos creen que este proceso subjetivo debe cambiar: proponen utilizar modelos informáticos para que se elijan historias que contienen los componentes que normalmente hacen exitosa una peli. Proponen aplicar la fórmula que mejor se adapte al mercado. Por supuesto, desde el punto de vista de los estudios, esto significa reducir el riesgo de su inversión. Pero ¿en qué se han basado para montar el modelo?

¡En críticas de cine sacadas de internet! Es decir, de una muestra “representativa” de personas que opinan sobre películas que ya han visto.

Desde mi punto de vista es un modelo que traspasa la subjetividad de la elección de los lectores profesionales a la de unos críticos de cine. Los guiones seleccionados normalmente ya siguen unos patrones marcados por la mayoría: heroína o héroe, final feliz, historia de amor irreal, frases encumbradas soltadas sobre fondos de ensueño, drama total, efectos especiales... Vemos historias con elementos copiados cambiando sólo personajes y escenarios. Y hay algunas películas que rompen el esquema para pasar a marcar tendencia.

Por tanto ¿cuáles son los factores de éxito realmente? Y con éxito me refiero a que recaude lo suficiente como para que se acabe todo el merchandising y no sólo a que se lleve un premio en un festival europeo o tenga fans de culto desperdigados. Se trata de un éxito tanto en términos de negocio como artísticos. Que sea una referencia.

Dudo que sólo sea un tema de distribución en multicines como a algunos les gustaría. Tampoco creo que se trate de una apuesta por el guión como la base sobre la cual cuelga todo. Aunque se cuente con un super guión y un director oscarizado, una vez hecha la peli, tal vez su éxito comercial dependa de que se promocione en la tele, que no haya pelis competidoras en la misma semana, que tenga una clasificación apropiada, una campaña DVD/Blue Ray potente, la presencia de un actor de moda y que cuente con buenas críticas. Hay guiones simploncitos que dan lugar a pelis bastante buenas (Slumdog Millionaire por ejemplo) y El Padrino es un best seller con una adaptación al cine magnífica, así que tenemos de todo un poco.

Creo que el éxito comercial de las pelis también se basa en una combinación de trabajo bien hecho, por parte de un equipo, un buen director que sepa tomar decisiones adecuadas y contar historias, un buen casting, una historia memorable (sea en base a un guión de lujo o no), una buena campaña de publicidad y promoción, (incluidas las relaciones públicas en Hollywood) un estudio potente y mucho sentido de la oportunidad (fecha de estreno – necesidad social). No me gusta ver una película triste para terminar de rematar un mal día. Estados Unidos en recesión no suele ser un buen mercado para películas con finales tristes, en cambio, cuando hay prosperidad, se suelen aceptar mejor.

Tal vez en el futuro no sólo se mida el éxito por los ingresos de taquilla y venta de DVDs/BR sino también el número de descargas en hogares. De hecho actualmente la recaudación del primer fin de semana da una luz sobre lo que se podrá recaudar en la edición DVD. Cuando el espectador tenga el absoluto control gracias a la tecnología digital, será cada vez más importante que la historia nos conmueva, nos diga algo para recordar y que los guionistas no se dejen ver en las escenas. ¿La difusión de trailers y previews vía televisión digital será mucho más importante que el número de multicines?

febrero 24, 2009

Yo también he ido al Renoir


Hace tiempo un tipo me dijo: “Yo no voy al cine, yo devoro libros”. Le sonreí, y luego le dije, “ah, muy bien”. Después me di la vuelta y busqué algo que beber. Estábamos en una fiesta de cumpleaños y daba vueltas sin saber muy bien dónde situarme. Creo que no comprendí qué quería decirme con aquella vehemente afirmación, tampoco hay que buscarle tres pies al gato. A veces uno busca mensajes ocultos donde no los hay, supongo que por hallar algún sentido al mensaje recibido. Para decirme que lee libros no necesita acotarme su indiferencia para con el séptimo arte.
Hace tiempo yo le dije a un colega: “Estoy leyendo a Lovecraft, es genial” Él me contestó: “Yo no tengo tiempo para esa clase de literatura, ahora estoy leyendo a los grandes, estoy con Dostoievski” Yo ya los había leído, y ahora, a la inversa que él, me divertía.
Hace ya no tanto tiempo alguien me dijo: “Sí que me gusta ir al cine, voy de vez en cuando, pero yo sólo voy al cine Renoir
Aquí en Palma de Mallorca los cines Renoir ofrecen por lo general un cine alternativo, de difícil distribución, con un público más restringido, a veces, sólo a veces, más exigente con la oferta cinematográfica que nos llega de todos lados, lo que es un decir, porque casi todo llega de los Estados Unidos. Y muy importante, las películas llegan en su versión original, con subtítulos en castellano. Al respecto reconozco que hoy por hoy la entrada es más cara en este cine que en cualquier otro, (¿por la escasez de clientes tal vez?). Para colmo cada vez con más frecuencia las películas exhibidas en este cine son las mismas que uno puede encontrar en un cine sin la distinguida tradición social que lo caracteriza.
Lo que sucede con esta clase de cines es que algunas personas, aquellas que consideran que todo en la vida es colgarse etiquetas y medallas, han decidido renegar del cine en general para acuñarse la bendita medalla intelectual que parecen merecer al no dignarse a pisar cualquier otra sala comercial. La puntualización, “yo voy al cine, pero sólo al Renoir”, parece querer transmitirnos un mensaje, tal vez que su categoría intelectual, comprometida (con lo que sea), le impide acercarse a la taquilla venenosa de las grandes salas donde se exhiben productos de la talla de Di que sí con Jim Carrey, o Transformers. En mi caso nunca ha sido un problema meterme en un cine a ver La salchicha peleona con Chris Farley, o Andrei Rublev de Tarkovski (aunque creo que, para ser sincero ahora sería algo más reticente a pagar por la primera) Más allá de la valoración que luego le quiera dar a cada una, y la impronta que hayan dejado en mí. El CINE con mayúsculas abarca mucho más que las diminutas consideraciones pretendidamente esnobs de algunos que ven en el cine una forma más de demostrarnos su posición social, intelectual, política. En los noventa comenzó a ponerse de moda el rollo este de hacer uso del “cine” marginal" como excusa para poder adoptar la petulante pose cara a los demás, como venía haciéndose antes con la literatura o la pintura. Estos “zapateros remendones” que alardean de Renoir son personas por lo general sin nada que contar, que consideran distinguido hablar de oídas, de lo que dicen otros que en su opinión tiene mayor validez que lo que puedan decir ellos, y que sólo puede provenir, en este caso, de las películas proyectadas en las salas del cine Renoir. Yo también he sido asiduo al Renoir hace ya tiempo, aunque nunca dejé de meterme en cualquier otra sala de cine si venía a cuento. No digo por ello que al ir al cine Renoir uno sea irremediablemente un esnob, yo mismo voy alguna que otra vez, no, en absoluto, en ocasiones uno puede darse de narices con películas que son más que recomendables, y que asoman tímidamente la cabeza por entre las demás películas, que seguro cuentan con un tremendo empuje por parte de las distribuidoras y la publicidad que las acompaña en general.

febrero 21, 2009

Sobre los trucos del cine


He estado leyendo algunos comentarios sobre la película Slumdog Millionaire en la web de los críticos cítricos y he encontrado una persona que dice odiar la película y nos explica por qué de una forma muy interesante en su propia reseña. Aventurándome a malinterpretarlo creo que su punto de vista es de quién dice ¿Como me piden reir cuando hay miseria por todos lados? ¿Cómo se atreven a decirme que esto puede tener un final feliz? Desde mi punto de vista esta peli es del mismo corte que La vida es bella, y ha logrado el mismo efecto en la industria. Con la diferencia de que el holocausto siempre ha sido recordado y siempre trae indignación mientras que la India y su pobreza, viene en un pack tercermundista olvidado por la mayoría del mundo “civilizado”, que solo ve el Taj Mahal en bellas fotos o Katmandú en películas que nos ocultan las calles llenas de mierda, el cielo contaminado y la gente que si no vas con cuidado te pasa por encima.
Dicho esto me parece que la película es un acierto total en la industria del cine y espero que los Oscar lo confirmen. Creo que ha logrado aprovechar al máximo la magia y capacidad del cine para transmitir una buena historia y a la vez dejar un mensaje de alarma. Y es que en vez de ver el cine como el enemigo imperialista como suelen hacerlo las películas de autor que sólo se proyectan en unas cuantas salas, Slumdog Millionaire ha optado por jugar el juego de Hollywood y “colar” un buen mensaje a una gran masa, una sociedad de quienes sólo ven escenarios preparados la mayor parte de las veces. Las personas con sensibilidad sabrán que lo que ven no es un final feliz. Sabrán que en la India quedan muchos niños miserables, que la vida de millones no vale nada. Pero a la vez, pueden intentar comprender por qué en los países en los que el bienestar social no te viene de cuna, es importante mantener la sonrisa, tener esperanza y actuar de acuerdo con ello. ¿Es que tendrían que tener depresiones masivas? No, están más ocupados tratando de comer al día siguiente. Y eso los mantiene con vida y trae fuerza de donde parece imposible sacarla. Este es el fenómeno que hace que algunos europeos y estadounidenses que viajan a Cuba o países sudamericanos digan que la gente parece más feliz allí. ¿Están equivocados? No lo creo, lo que pasa es que cuando se tiene tiempo para comerse la olla es lógico caer en la depresión por muchas razones válidas. Por eso algunos en realidad tienen miedo de pensar. Y prefieren ver películas de puro entretenimiento, no cosas que te dejen deprimido e indignado. El "truco" del cine puede hacer que salgan con lo que querían con un añadido inesperado. De allí la magia que nos permite tener todo lo que queremos, ya sea a través de tostones tipo documental que verán algunos cuantos o a través de historias taquilleras que evocan mejor una realidad más dura.

febrero 17, 2009

Pelis para chicos y pelis para chicas


He oído decir muchas veces que una peli es de chicas o es de chicos... y muy a pesar de algunas feministas, hay que admitir que estas frases llevan razón.
Por sencillas razones: las chicas siempre tienden a elegir películas en las que se habla de relaciones sentimentales, familias, mujeres luchadoras, moda, amores imposibles y en general tienden a preferir historias reales. No serán todas, pero la mayoría prefiere ver una perspectiva con los pies en la tierra (aunque la poco histérica Scarlett O’Hara o la increíble memoria telefónica de Erin Brockovich no sean precisamente muy comunes de encontrar).
En cambio los chicos pueden sentirse más identificados con películas de acción, lucha en cualquiera de sus formas, uso de armas bélicas, destrozos, fantasía y comedias fáciles con elementos de desnudo que no vienen a cuento pero que hacen interesante el tema. Sino ya me diréis que hace Angelina Jolie en tacones en una peli de dragones...
Por supuesto que estan las pelis “unisex” aquellas que tienen un poco de todo o tratan de gustar a ambos sexos. Normalmente creo que aquí están muchas de las que valen la pena y quedan más en la memoria. Gladiator por ejemplo tiene elementos que atraen a ambos públicos: historia de amor, batallas muy bien logradas, escenografía impresionante... siempre habrá alguna/o que le vea tres pies al gato, pero bueno, hay que decir que algunas pelis tienen el "rosa" incorporado, como la peli de Sexo en Nueva York y otras que llevan el “machote” al lado del nombre, como la última de Rambo. En cualquier caso, siempre es más fácil que las mujeres cedan para ver Troya estando Eric Bana y Brad Pitt que si pusieran a un don nadie de héroe troyano y Aquiles. Igualmente películas que tienen a Cameron Díaz en top pueden ser más interesantes para los chicos aunque tengan que tragarse la típica historia de superación personal. Pienso que son trucos que nos pueden permitir una negociación pacífica en la elección de la peli.

La industria del cine, por supuesto, aprovecha estas tendencias y nos “fabrica” películas para públicos masculinos, femeninos y unisex (dejemos aparte el segmento infantil que será parte de otro post). Leía en un artículo que determinado filmes podrían ser mejor aceptados en sociedades machistas (ponen de ejemplo España e Italia) o en aquellas feministas (Bélgica). ¿Será por eso que los directores españoles recurren a las tetas y coito explícito en su mayoría?? Dirán que es realista y todo lo que quieran, pero para mi es algo que simplemente vende más fácil... y si está subvencionado mejor que mejor... pero bueno, “no tengo pruebas” como diría Rajoy, así que “no haré comentarios irresponsables”. :))
Los expertos dicen que en sociedades machistas los comités de calificación suelen ser menos estrictos a la hora de clasificar las pelis. En USA puede ser un "mayores de 13 años" y en España un "apto para todos"?? No tengo ni idea de cómo funciona el sistema de clasificación en cada país europeo, pero por lo visto en USA el tema es crudo y exagerado a veces (sino, miren a los rusos que no apuntan el arma hacia Indiana en el trailer). Mientras que en España están siempre los padres que van de modernos y llevan a los niños a ver pelis que por supuesto los pobres ni entienden.

En fin, larga vida a los tópicos, la cartelera del cine puede ser un buen indicador para sacar conclusiones sobre la sociedad que la frecuenta.

febrero 14, 2009

Los acomodadores

Si alguna vez habéis llegado tarde a la peli, estaréis en manos del acomodador. Esa figura silente en un lado de la sala que se encarga de distribuirnos como mejor puede. Se trata de personas con una paciencia fuera de serie: deben lograr que la pareja que deja los bolsos y el abrigo en un asiento los quite, que los que han dejado un sitio se muevan y que los que llegan tarde con las palomitas cayendo se sienten lo antes posible.
Algunos tienen preferencias claro: veía a uno que situaba a una señorita mona cerca de la fila VIP, mientras que a un señor quejoso lo ponía en la tercera fila. Además son los que saben si habrá sorpresa al final de los créditos, claro, habiendo visto el final tantas veces... y por tanto son testigos de las guarradas más grandes que se pueden hacer con los chuches y refrescos.
Nunca he presenciado a un acomodador atrapando "in fraganti" a algún camarógrafo en la sala, pero bueno, también debe ser parte de su trabajo de vigilancia... ¿o no?
Pero vamos, que no debe haber sólo cosas negativas. Siempre me he preguntado quién se queda con los posters, regalos de merchandising y todas esas cosas que se ponen en los pasillos en las semanas antes del estreno... Supongo que también tienen la opción de ver todas las pelis "gratis" si quieren y probar palomitas hasta hartarse. Me gustaría saber más de su mundo... literalmente "en la sombra". ¡Un saludo a todos y todas vosotros/as!

febrero 08, 2009

De la gente que habla y los aplausos

Ayer sábado estuve en 3 salas de cine y finalmente no pude ver la peli de la semana: El curioso caso de Benjamin Button. Al parecer las pelis que tienen a un actor famoso en el reparto y además hacen publicidad en la tele durante un mes o más suelen tener un fin de semana de estreno en el que es imposible aparcar. Con una hora de antelación el horario "estelar" de las 10:30 estaba agotado para mi desilusión y la de mis amigos. Y en la opción de las 11:00pm no nos quedaba otra que la fila 5!! Asi que tuve que conformarme con verla hoy domingo en función de las 4:30pm para no sufrir otro efecto mediático.
Y claro, lo que pasa con las pelis de tarde es que te encuentras con parejitas de menos de 15 años que creen que el cine es para dejar caer palomitas y hablar todo el rato. Me pregunto si las personas que van al cine para hablar lo hacen sin darse cuenta o si en realidad lo que quieren es hacer pasar un mal rato al resto dado que ellos mismos por lo visto han perdido el interés totalmente. Están los niños que preguntan qué pasa, claro, a ellos no los culpo, sino a los padres que tienen el poco tino de llevarlos a pelis no aptas para ellos. Pero luego estan los niñatos que se comportan como si estuviesen en un partido de fútbol. Ya ni siquiera comentan la peli, sino que se ponen a hablar del último SMS que les ha llegado. Son este tipo de casos los que me hacen pensar si abandonaría las salas cuando podamos pagar por ver estrenos mundiales desde la tele en casa...
Por otro lado, estan los aplausos. Son los que surgen espontáneamente al final de la peli, cuando sentimos que lo que acabamos de ver nos ha emocionado. Pueden ser físicos o no, pero cuando los siento venir, sé que la peli para mi es buena. No los he oido muchas veces, aunque me he cortado de hacerlo y presiento que muchos también... me pregunto qué elementos hacen el milagro. No siempre he oido aplausos que compartiría y a veces me hubiese gustado que alguien inicie el sonido para seguirle más fácilmente... Están los que no entienden por qué se aplaude... lo ven como algo exagerado o flipado qué se yo. Lo cierto es que es como gritar un gol, pero claro, con tan poco ruido al lado necesitas más certeza de estar en lo cierto. Desde aquí mis respetos a los que inician los aplausos: son personas que no tienen miedo de decir que algo les gusta aunque al resto le parezca una basura. Y de esas hay pocas.

febrero 04, 2009

¿A qué cine vamos?

Los que somos asiduos al cine solemos tomar en cuenta una mezcla de atributos para elegir a qué sala de cine nos dirigimos. En el caso de Mallorca, una isla con sólo 9 salas de cine (salas que son consideradas en cartelera, no consideramos "cines de barrio"), me atrevo a establecer estos atributos a grandes rasgos:

Para empezar Mallorca tiene 7 salas dentro de la ciudad de Palma, la capital, y 2 fuera de ella. Hay que indicar que Palma ciudad, agrupa a la mitad de la población de la isla. El principal atributo en este caso es la cercanía o lejanía del centro ciudad. El espectador que no tiene coche normalmente será mucho más reticente a trasladarse a un cine de las afueras y si se toma la molestia de coger transporte público no será la mayor de las veces. En cualquier caso los ciudadanos que tienen coche en Palma podrían acceder fácilmente al menos a 8 de las 9 salas disponibles.

Por otro lado, de las 9 salas, 3 están integradas en centros comerciales, lo que permite que el asistente no sólo vaya a ver la peli sino que también aproveche para ver tiendas, hacer las compras del supermercado de último minuto y comer algo entre una variedad de opciones mucho mayor. Atributos a tomar en cuenta: conveniencia, mayor oferta de ocio en un solo lugar, punto de reunión con amigos, parking propio.

Finalmente 7 salas de Mallorca tienen menor capacidad, infraestructuras menos modernas y variedad de películas mucho más restringida, por lo que cuentan con un público mayoritariamente zonal, que elije la sala por la cercanía u horario más conveniente. Destaca entre estas salas sólo una que ha apostado por ofrecer películas en versión original de países extranjeros (cine de autor) y que cuenta con una clientela "diferenciada" dado que tiende a ser aquel tipo de espectador "seguidor" de este tipo de cine.

Tener 9 salas para una población de 817.000 habitantes tal vez es demasiado... la verdad es que dudo de que las cifras de ocupación sean alentadoras. En cualquier caso, será interesante evaluar las estrategias que utilizan para mantenerse a flote o hacer crecer su mercado objetivo.

febrero 01, 2009

Ir al cine: ¿opción "apta para todos"?


No todos los que vamos al cine somos iguales. Para mí hay al menos cinco tipos de espectadores que un buen gestor de salas debe tomar en cuenta:

1. El asiduo: Es un espectador que va al cine una vez por semana como mínimo. Este tipo de persona disfruta del hecho de ir al cine, incluso puede que le de igual la peli, puede elegirla una vez en la taquilla. Para el asiduo ir al cine es una experiencia imposible de ser sustituida por un Home Cinema. Le gusta comentar pelis con los amigos o su pareja, es poseedor de una tarjeta de fidelización o más de una, valora la calidad de la sala (sonido, tamaño, luces) y en sus ratos libres puede leer críticas. El precio es un factor poco importante en su elección. Además, puede también ser comprador de DVD / Blue Ray de las pelis que más le gustan.

2. El itinerante: Es una persona que suele ir una vez al mes, normalmente con una película elegida previamente en base a críticas de expertos o porque el trailer era interesante. El itinerante no es tan exigente como el asiduo al elegir la sala, basta con que sea la más cercana y el asiento cómodo. Puede que en años anteriores haya sido un asiduo y un cambio de estilo de vida lo haya llevado a dejar de ir tan a menudo. Es más propenso a bajarse pelis de internet o ir al videoclub como experiencias sustitutorias. El precio de la entrada y los costes relacionados no son un factor crítico, aunque más importante que para el asiduo.

3. El improvisado: Aquí se ubican los espectadores que van al cine una vez al año, aquellos que llevan a los sobrinos a ver la peli navideña o las parejas en sus primeras citas. Son personas que eligen la peli de oídas, por recomendaciones de amigos o porque el actor favorito participa en el reparto. Eligen la sala más conveniente en cuanto a practicidad, cercanía, precio. No se enteran de las promociones, tarjetas de fidelización o premios de la Academia ni les interesan, es más importante pasar un rato divertido con una cena antes o después o elegir un lugar en el que los niños puedan pasarlo bien.

4. El seguidor: Es el espectador que va al cine sólo porque está harto de oir comentarios de una peli en el trabajo y no saber de qué va, o le parece que el gasto vale la pena después de que muchos amigos se la hayan recomendado. En esta categoría también están los espectadores que sólo ven películas acordes con sus ideas políticas (cine español, cine de autor, cine hindú). Para estas personas el cine esta más relacionado a otros intereses antes que a la experiencia de ocio en sí misma. Normalmente su elección de sala se basa en aquella que le quede más cerca, no tenga colas o tenga un horario conveniente. Le da completamente lo mismo ver cabezas u oir ruidos en la fila trasera.

5. El ausente: Son los espectadores que van al cine sólo porque acompañan a un improvisado o un seguidor. No se trata de una experiencia demasiado importante y normalmente prefieren actividades distintas para pasar su tiempo libre. Se nota que no se enteran de la disposición de la sala (terminan sentándose en la primera fila o con ayuda de un acomodador, llegan con la peli ya empezada), se quejan del precio porque subió desde la última vez que asistieron y algunos se duermen sino se pasan toda la peli preguntando al acompañante qué cosa ha pasado. La peli por supuesto es lo de menos y el precio es un factor muy importante.

Dicho esto, por supuesto que hay combinaciones, espectadores que a lo largo de un año migran de categoría, personas que un año son improvisadas, luego se vuelven asiduas... yo por ejemplo creo estar entre un itinerante y un asiduo, aunque durante muchos años fui un ausente. El cine es un lugar que da cabida a todo tipo de espectadores, característica que lo diferencia y hace de la experiencia de ir al cine algo más interesante que ver una peli en casa. ¡Larga vida a la gran pantalla!