marzo 31, 2013

Feliz Pascua de resurrección...

Desde el 2010 no escribo.  Me he sorprendido reduciendo mi interés por el cine en estos últimos tres años.  No he dejado de ir, pero nada comparado con la visita semanal que solía hacer.   Por supuesto la crisis en España ha contribuido en mi caso a reducir las salidas de cine los fines de semana, pero también el hecho de no haber nada que llame la atención en la cartelera durante mucho tiempo.
Pixar siempre ha sido el refugio seguro, pero lamentablemente Cars 2 y Brave no me han hecho disfrutar como lo hicieron Toy Story 3 o Up.  Debo aceptar que me estoy haciendo mayor y tal vez por eso ya no estoy dentro del público objetivo de los estudios, argh!.
Otra decepción fue El Hobbit, muy bonita por supuesto, pero nada de emoción, igual porque ya es una historia conocida? No lo sé, costaba mucho aguantar tanto tiempo en la sala para ver algo que ya sé como va a terminar.  El trineo de conejitos fue una sorpresa que me sacó la risa por ridículo, pero creo que a muchos no les hizo nada de gracia y les terminó de confirmar que Peter Jackson se ha leído unos libros de Tolkien diferentes, tal vez inéditos... :)

No todo ha sido malo, personalmente creo que el que haya terminado la saga Crepúsculo es bueno.   Ojalá la pobre Kristen ahora pueda vivir una vida más normal, la pobre parecía sufrir no solo en la película sino en toda aparición pública.  Si han visto su entrevista en El Hormiguero, sabrán a qué me refiero, sentí verdadera pena por ella cuando le preguntaron por el vestido... y de repente Robert Pattinson me pareció genial.  Un personaje público en este programa lo puede pasar muy mal si no sabe "ir de cachondeo" como se dice en España.  Y también puede hacerse muy mala prensa si no aguanta el tipo lo suficiente y se preocupa solo de caer simpático y ser lo más natural posible en el intento, a lo Will Smith.  Es increíble como puede cambiar la percepción que se tiene de un actor sólo por verlo hablar fuera de la pantalla, es como una prueba de fuego para su carisma.

A los actores se les puede preguntar de todo: política, religión, familia, música.  ¿por qué se da por hecho que tienen opinión sobre todo?  Debe ser una pesadilla.  Tienen que estar informados de todo lo que pasa y además preparar una opinión que no fastidie su imagen.  Creo comprender el estrés que pueden sufrir estrellas jóvenes que no tienen ningún interés o información para dar su opinión sobre temas políticos o económicos y sin embargo tienen que ser capaces de comentarlos a los medios.

A Charlton Heston no se le veía muy estresado en su entrevista con Michael Moore, ni a Clint Eastwood cuando apoyaba la candidatura republicana contra Obama, pero creo que así como estos actores eligen ser referentes públicos en temas que no tienen relación directa con su profesión, también están los otros que preferirían que no se les hablara de nada más que de su último trabajo en el cine.
No quiero alargarme, que me voy por las ramas.... este post es solo para "resucitar" este blog y desear una Feliz Pascua y muy buen verano 2013 para toda España, que nos hace falta! 

agosto 14, 2010

Mis pelis de Junio y Julio

En estos dos meses, solo recuerdo haber visto 4 películas: El Equipo A (Los Magníficos), Toy Story 3 (hago SPOILER, así que el que no la ha visto, cuidado), The Blind Side y Origen, en ese orden.

Por supuesto me quedo con Toy Story 3 y The Blind Side. Aunque puedan parecer facilonas, tienen algo que decir.

El remake del Equipo A es como ver fotos del pasado para mantener la nostalgia, aunque el coronel parece más chulo de lo normal en la pantalla grande y Mr. “T” da mucho menos miedo.

Toy Story 3 es la que más me ha hecho reir de la saga, y la parte de los créditos vale la pena verla. Buzz Light Year cortejando a la vaquerita es genial, me partía. La he visto ya dos veces y veo más detalles que me hacen más fan de Pixar. No hay punto medio, son excelentes. El final de Toy Story como saga, espero, porque el final ya ha sido redondo.

The Blind Side es el típico dramón de película de las cuatro de la tarde, pero esta vez Sandra Bullock y la historia me parecen al menos interesantes, una historia poco creíble tal vez pero basada en la realidad. Las fotos de los auténticos protagonistas al final también lo hacen más creíble claro, pero realmente me pregunto cuantos ricachones van por ahí recogiendo adolescentes marginados para criarlos en sus casas... de todas formas, me parece un buen retrato de la clase media alta americana, con lo bueno y lo malo expuesto sin miedo. La protagonista lleva sin complejos un crucifijo de diamantes en el pecho durante toda la película, lo cual puede ser muy creíble, pero no me lo parece tanto el que se ponga de tu a tu con un delincuente amenazándole con pegarle un tiro si hace daño a su hijo adoptivo... pero queda guay supongo. El marido calzonazo completa el cuadro de fémina-puede-con-todo que queda estereotipado pero realista.

Finalmente Origen. Casco de profundidad en una historia ingeniosa pero bastante simple: un marido que no puede aceptar la muerte de su mujer. Entre medias muchos efectos especiales y comidas de olla, pero la verdad es que en ningún momento llegué a sentir pena por el personaje, mientras que cuando casi queman a los protagonistas de Toy Story estaba espantada pensando que no podían dejarnos un final triste en una historia de animación. ¿se atreverán con la próxima?

mayo 30, 2010

¿Realmente hay cine para “ellas”?


Según un artículo de The Telegraph las películas conocidas en Hollywood como “chick flicks” llegaron a escalar posiciones en la cartelera incluso derrocando a Avatar durante algunas semanas. Dicen que es de esperar que si las películas “para chicas” han probado ser exitosas/rentables, y los chicos se pasan cada vez más tiempo jugando videojuegos, los productores quieran apostar cada vez más por películas que sean del agrado femenino... Me pregunto si realmente es posible tener una fórmula mágica para atraer mujeres al cine.

Peter Guber, presidente de Mandalay Pictures dijo que si se habla al corazón con una narrativa emocional poderosa, se atrae a un público femenino. Si consideramos que según los expertos las mujeres son mas emotivas que los hombres, esta fórmula no debe ir mal encaminada. Porque admitámoslo: las chicas prefieren las películas de amor y romance, y lo que puede parecer cursi a algunos chicos, puede llenar de emoción, en un segundo, al público femenino. Una realidad avalada por el porcentaje de público femenino que suspira en la sala cuando Erick Bana en Más allá del tiempo aparece con un nuevo corte de pelo. No estoy afirmando que a los hombres no les gusten las comedias románticas... si ponemos a Cameron Díaz o a Jennifer Aniston en ellas seguro que alguno acepta verlas. Sin embargo, y fuera de bromas, la regla de la emotividad no creo que sirva por sí sola para hacer obras maestras del cine.

Leía en la edición 222 de “El publicista” un artículo que postulaba que las empresas occidentales no se están esforzando lo suficiente en hablar el lenguaje de la mujer “Para la publicidad, las mujeres son invisibles, proponiendo modelos que nada tienen que ver con ellas”. Por lo que he podido ver en la red, esta opinión también se comparte en el cine. Martha Lauzen, directora ejecutiva del Centro para el estudio de las Mujeres en la Televisión y el Cine (San Diego University), opina que hombres y mujeres van al cine por igual (es decir, que es incorrecto pensar que los hombres tienden a ir más al cine) y sostiene que desde hace mucho la audiencia femenina quiere ver su vida retratada en la pantalla, algo que refleje sus intereses y experiencias, y no solo historias basadas en ropa y zapatos sino también personajes con otras facetas que hacen cosas interesantes. Sin embargo, dado que solo el 9% de los directores de Hollywood son mujeres (2008), no se tiene muchas esperanzas de que haya un gran cambio de contenidos en el corto plazo. Me pareció interesante el dato de que solamente el 28% de personajes en el cine son mujeres, un porcentaje que no ha variado desde 1970 hasta el 2000!! La posición de Lauzen es similar a la de la profesora Gertrude Koch, que ya en 1980 decía que la falta de imágenes con las que las mujeres se puedan identificar era la razón que explicaba la reducida asistencia de mujeres en las salas (en el período 1965-1980). Esta feminista estudiosa del cine alemán sostenía que a través de su preferencia por películas melodramáticas, comedias y dramas, y su rechazo a los crímenes, horror, guerra, western y pornografía, las mujeres trazan una línea clara sobre lo que es aceptable para ellas. Kathryn Bigelow (The Hurt Locker) podría refutar esta línea y nos hace ver la necesidad de ignorar algunos paradigmas de antaño.
Por otro lado, Jane Fleming, presidenta de Women in Film y productora independiente, ve el vaso medio lleno cuando evalúa los éxitos cinematográficos en los últimos tres años. Cree que el hecho de que haya más mujeres asistiendo al cine, traerá inevitablemente más mujeres dirigiendo películas... pero no estoy muy segura de que realmente haya más mujeres yendo al cine.
Mientras que las estadísticas de 2006 en Canadá dicen que más mujeres que hombres van al cine, en las estadísticas del 2008 en Reino Unido la diferencia no es relevante. Creo que lo más probable es que en cada país y localidad las cifras de asistencia por género serán diversas.
Sin embargo, algo en lo que sí coinciden ambas estadísticas es que las personas jóvenes suelen ir más al cine que los mayores. Según la encuesta en Canadá fueron al cine sólo el 27% de las personas de 75 años o más vs. el 93% de los jóvenes entre 15-17 años. En Reino Unido el 41% de los jóvenes entre 15 y 24 años dijeron ir al cine al menos una vez al mes, mientras que el porcentaje es de 22% en aquellos entre 25 y 34 años. Por otro lado las estadísticas de asistencia del Reino Unido en 2008 nos ofrecen pistas sobre qué tipo de historias son más vistas por cada rango de edad:
De 7 a 14 años: comedias, musicales, películas familiares y personajes animados.
De 15 a 24 años: drama de personajes jóvenes, crimen, acción y comedias
De 35 a 43 años: aventura y personajes animados (algunos padres que llevan a sus hijos).
De 45 a 54 años: dramas, musicales y películas de acción
Más de 55 años: dramas, musicales y comedias.

Son claramente etapas de la vida diferentes y los gustos cambian con ellas, independientemente del sexo del espectador. Me inclino a pensar que la fórmula de éxito está más relacionada con el reconocimiento de los diferentes estilos de vida que con las diferencias de género.

Jennifer Kesler, sostiene que muchas mujeres fueron a ver las nuevas películas de Star Wars, y también Matrix en 1999, y que los trailers que se mostraron en las siguientes sagas (Matrix Reloaded, El ataque de los clones) eran de películas bastante diversas que tuvieron una buena recaudación (Los Ángeles de Charlie por ejemplo). Si estos datos son ciertos me inclino a afirmar que cuando se les vende bien una película, las mujeres van al cine lo mismo que los hombres. Además Kesler comenta otro punto interesante: las mujeres se pueden identificar con Luke Skywalker, no con Leia necesariamente. Es decir, los personajes femeninos no están siempre para “representar” a las mujeres. Y eso haría irrelevante que solo el 28% de los personajes sea mujer, salvo por el hecho de que hay menos actrices y el mercado laboral sí que es poco igualitario.

Lo que para mi es claro es que las mujeres menores de 20 años son un público especialmente rentable por su mayor tendencia a convertirse en “fans” (High School Musical, Crepúsculo) pero es la mujer adulta la que finalmente define la forma en la que la mujer quiere proyectarse en el largo plazo (¿Mamma Mia, Sex and the City son realmente los estereotipos para la mujer de 20 años para arriba?). Como dijo Gertrud Koch, en su búsqueda de identidad la mujer sólo tiene proyecciones de sí misma concebidas por hombres. Para lograr una verdadera apropiación del cine para la mujer es necesario que la mujer defina claramente lo que quiere y participe en la creación de nuevas proyecciones. La incorporación de cada vez más mujeres a la labor creativa (publicidad, cine) puede establecer esos elementos de forma mucho más clara en el futuro.
Por ahora es fácil ver que hay menos mujeres “críticas de cine” que hombres, también hay menos bloggers chicas que chicos en los foros de cine. Así que la participación aún no es igualitaria ni mucho menos. ¿Las mujeres no ejercen su poder de opinar? ¿Esto condiciona la industria del cine? Por supuesto.

De todas formas, creo que es cierto que la mujer tiene cada vez más poder de decisión en la compra, sino miren el nuevo decálogo del marketing “for her” que explica la necesidad de ser “bilingue” cuando se quiere convencer a hombres y mujeres. Sin embargo, la trampa esta en caer en la búsqueda de la receta mágica y hacer películas como la que protagonizan Tom Cruise y Cameron Díaz en Knight and Day. Esas son las que parecen tener los elementos de acción, comedia y romance aptos para hombres y mujeres, pero finalmente son facilonas y poco trascendentes. Vamos, que no ganarían ningún festival de cine. La misma historia con diferentes caras: la dama y el vagabundo en una versión de acción, para atraer al público masculino también por supuesto.

abril 06, 2010

Todo por la pasta


Sí, por la pasta, y no por la calidad artística, es por lo que se están moviendo ahora los estudios cinematográficos en Hollywood. Más que nunca, ahora podríamos recriminar con justicia el que algunos decidan alegremente tomarnos el pelo como espectadores, y que, con la crisis económica actual, unos cuantos decidan aprovechar el tirón de este nuevo filón que es el 3D estereoscópico. Nadie quiere perder dinero, o en todo caso nadie quiere dejar de ganar lo que ganaba antes, no quieren los bancos, ni tampoco quieren los particulares, que han invertido su dinero en uno o varios inmuebles. De modo que nadie baja los precios, y nadie compra. Con la industria cinematográfica pasa que no sólo nos suben el precio ( hasta un 50% más) de la taquilla si queremos ver esa nueva y fascinante tecnología en 3D, sino que además estamos dispuestos (bueno, yo no estoy tan dispuesto) a pagar el precio. Los estudios de Hollywood se frotan las manos al comprobar como la taquilla este primer trimestre de año ha aumentado al menos un 10% con respecto al año pasado, y no han dudado en apuntarse a la moda a lo bestia.

¿Qué tiene de malo esto? ¿Acaso la película de James Cameron no ha demostrado con creces que realmente el 3D puede ser un valioso plus a la hora de disfrutar de la espectacularidad de la película? La taquilla de Avatar ha sido arrolladora. Hollywood, como no, se ha dado prisa en ponerse al día, y se ha puesto a ordeñar la vaca como loco. Sin embargo la escuálida vaca, con tantas prisas, no da más de sí. Pero a ellos les da igual. ¡Hala a exprimir! ¿Por qué lo digo? Bueno, el tema por lo visto se anda comentando en los foros y demás blogs de la red, porque hay dos maneras de afrontar el 3D. No me refiero al espectador, que, pobrecillo, sólo puede morderse las uñas resignado cuando descubre el engaño, o quedarse boquiabierto cuando el producto es realmente sorprendente... No, me refiero a los responsables del producto, a quienes prometen algo que luego no cumplen. En definitiva un director puede rodar la película en 3D, o bien puede a través de la "conversión informática" pasarla al formato 3D una vez rodada. Por lo tanto los hay que como James Cameron en Avatar rodaron la película con este formato 3D, y por consiguiente pensando cada uno de los planos en concordancia al formato, y por tanto con los medios adecuados. Y los hay que ruedan la película convencionalmente, y a posteriori y a toda prisa la convierten en 3D. Y lo hacen mal. Pero les da igual, porque sacan más dinero con el plus en la taquilla. Porque parece ser que ni tan solo dedican el tiempo necesario para la conversión del formato 2D (el normal) al formato 3D estereoscópico (os recomiendo leer este artículo de El Pais, que explica todo esto muy bien). El resultado es decepcionante, y por eso no es raro que sean muchos los que se quejan por haber pagado más dinero en taquilla creyendo que iban a encontrarse un 3D como en la película de Cameron, Avatar. No en vano, en deadline.com James Cameron ha dicho lo siguiente: "Si quieres hacer una película en 3D, ruédala en 3D. Este es el típico ejemplo de Hollywood haciendo algo mal". Efectivamente, luego nos llegan películas como Furia de Titanes, y la gente se queja. Yo, por cierto, esta película no la he visto en 3D. Pero ya es mala en una sala convencional, toda una decepción, como para andar pagando más dinero por un desastroso 3D. Alicia en el País de las maravillas, de Tim Burton también ha sido convertida de 2D a 3D, y de momento ha tenido una espectacular taquilla en USA. Habrá que esperar a que llegue aquí a España para poder juzgarla... y sí, es posible que yo sea de los incautos que paguen por verla en 3D, más que nada porque me encanta el trabajo de este director.

De momento ya son unas cuantas las películas que llegarán a las salas de cine en formato 3D: la precuela de Alien con Ridley Scott, que será rodada en tres dimensiones (y no reconvertida a posteriori con un programa informático). También llegarán en 3D, aunque no sé si reconvertidas, o filmadas originalmente en 3D, las dos entregas finales de Harry Potter. Reconvertidas se estrenarán Green Lantern de Martin Campbell, Sucker Punch de Zak Snyder. Fantastic Voyage 3D, remake de la película de 1966, será producida por James Cameron, y filmada en 3D. Se dice que al director Guillermo del Toro, que está preparando The Hobbit en Nueva Zelanda, le están preguntando los jefazos si piensa rodarla en 3D, (New Line y MGM son las que ponen el dinero, y la Warner distribuye) Si los tres se empeñan y obcecan con la idea me temo que a Guillermo del Toro no le quede otra que replantearse las dos películas de The Hobbit para que éstas se rueden en el dichoso y taquillero formato. Y seguro que me dejo más películas que están cayendo en la vorágine esta del 3D.

Como apunte personal, a mi lo del 3D me es un poco igual, y de hecho las últimas películas que he visto no necesitan para nada de esta nueva tecnología, como por ejemplo The ghost writer de Polanski, parece obvio, que además es una muy buena película. Pero tampoco creo que lo necesiten algunas de estas que se reconvierten a toda prisa, películas que por temática deberían ser espectaculares, pero que sólo marean porque están mal reconvertidas, y su 3D es deplorable. Además, aún en el caso de que el 3D sea adecuado, y espectacular, esto no consigue evitar que una película sea mala si lo es, ni mucho menos. Al final, lo que yo quiero es que una película sea capaz de conmoverme, que me toque la fibra (me dé miedo, risa, alegría...da lo mismo), y no que me fastidie con volteretas imposibles y pirotecnias huecas. Que el cine es arte (debería serlo en mayor o menor medida), además de negocio. No una mera atracción de feria, como cualquiera de las que uno se encuentra en la Universal.

febrero 23, 2010

Imaginando el futuro de las salas de cine



Hace unos días, un profesor comentó que las salas de cine no estaban adaptándose bien a la nueva era 2.0. Algo así como el negocio de las enciclopedias o las discográficas, que cada vez más enfrentan la extinción.

Ignoro en cuánto ha descendido la ocupación de las salas en España, pero si doy por cierto que el hecho se ha tornado preocupante porque la gente prefiere ver las películas en casa, porque es fácil descargarse cualquier película de Internet y porque además el precio de una entrada de cine ha subido espectacularmente en relación al sueldo medio español me pregunto ¿cuál será el futuro de las salas de cine?

Y a partir de aquí sólo me dedico a elucubrar: ¿seguirán integrándose en grandes cadenas internacionales hasta desaparecer? O tal vez se “rediseñen” para adaptarse a nuevas formas de ocio más acordes a las necesidades.

Yo apuesto por convertirlas en un servicio de “cine en casa” al alcance de todos.
Así si a algunos nos gusta el trailer que vemos en youtube o en la tele, me imagino quedando con mis contactos de facebook (algunos lo harían por twitter) para ir a ver una película que nos ha interesado y fijar el horario entre nosotros, alquilando la sala de cine como si fuera una de estas fotos, con palomitas y sonido espectacular y 3D solo para nosotros. El servicio nos permitiría retroceder y adelantar la película si alguien se perdió algo o queremos ver un detalle en cámara lenta en el momento.

Para los “Losties” (seguidores de la serie Lost) que estamos en la última temporada ver el último capítulo en vivo en una sala de este tipo sería algo por lo que vale la pena pagar por ejemplo. Así también puedes comentar el capítulo nada más salir del cine.

En general, tanto en la música como en cualquier forma de ocio nos estamos acostumbrando a tener lo que queremos cuando y como queremos y además lo más barato posible. La sala que quiera sobrevivir tendrá que ser la más flexible: dejarnos llevar comida, bebida, ¡parar la película si uno quiere ir al baño...

Además se me ocurre que podríamos comprar el DVD o BlueRay justo después si nos dieran la opción con descuento, porque muchos de los que disfrutamos con una película en el cine, luego somos más propensos por instinto coleccionista a comprárnosla para casa, aunque luego no la veamos en un año... :)

Lo bueno de todo esto es que cada vez más se premia el mejor producto y con eso ganamos todos. Me explico: actualmente si una película es mala, poco tiempo tendrá en las salas, y si es buena, la propia demanda permite que esté más tiempo en “cartelera”. Con películas “a la carta” en las salas, podrían relanzarse clásicos si a suficientes personas les interesa. No haría falta esperar la decisión de un estudio.

Incluso me imagino llegar al cine con algunos amigos sin saber qué ver, como a veces pasa, y una vez dentro tener la opción de elegir qué quieres viendo el trailer de lo que haya disponible, incluso películas que no sean estrenos. “Solo” tendrían que hacer las salas de menos capacidad (máx 20) manteniendo la atmósfera y el tamaño de la pantalla (por supuesto), y cobrar no por persona sino por “servicio de sala por hora”, que se repartirá entre toda la gente que se apunte.

Todo es especulación, pero ¿quién sabe?

febrero 02, 2010

Inspiración en el cine



Después de varios meses he encontrado algo que por fin me motive a escribir un nuevo post, la inspiración me vino con la película Invictus.

Invictus es la típica historia que si nos la cuentan como documental nos quedaríamos dormidos. Nelson Mandela intentando hacer de Sudáfrica un país sin división racial es una historia real, así que no hay sorpresas para el que esta informado. Contar una historia ya conocida de manera interesante es de por sí un logro. Además de esto, contarla, ganar dinero con ello y transmitir un mensaje inspirador creo que es la excepción a la regla.

Eastwood nos cuenta cómo se llevó a cabo una estrategia de marketing social con maestría. El objetivo: lograr que blancos y negros, divididos por años de apartheid encuentren un punto en común para empezar a sentirse parte de un solo país. Nelson Mandela utiliza una marca ya existente, la de un equipo de rugby nacional. Asume el reto de hacerla visible, apetecible para los ciudadanos negros que antes la repudiaban. La hizo crecer a través de comunicación positiva, acciones de responsabilidad social y un buen producto: nadie quiere ser parte de un equipo que pierde. Y el hilo de toda la historia es un mensaje de perdón y fortaleza de espíritu, transmitido a través de un poema corto pero cargado de emoción, y personificado en el propio Mandela (interpretado por Morgan Freeman).

Son muchas las películas que nos entretienen por dos horas y casi en cuestión de minutos nos hemos olvidado de lo que hemos visto. Las menos son aquellas que por alguna razón mencionamos cuando nos preguntan “¿cuál es tu película favorita?” en los perfiles de Internet. Construyendo sobre una idea anterior, creo que podríamos clasificar las películas entre aquellas que inspiran a través de historias que apelan a valores humanos y aquellas que después de entretener nos dejan el vacío de una historia irrelevante más.

Por su capacidad de transmitir el “factor humano”, la recién estrenada película de Clint Eastwood ha sido para mi la mejor con diferencia desde Ponyo en el Acantilado, y eso a pesar de Avatar, que sigue rompiendo en taquilla ofreciendo por supuesto muy buenos efectos especiales pero una historia más bien normalita desde mi punto de vista. Y es que a veces algunas buenas imágenes no valen más que mil palabras.

Para los interesados, os dejo con el poema que cita la película, en su versión en inglés de William Ernest Henley:

Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find, me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll.
I am the master of my fate:

I am the captain of my soul

noviembre 19, 2009

Hablando de reboots y remakes


Los anglicismos son el pan nuestro de cada día en cualquier ámbito de nuestra vida, en el área científica y tecnológica sobre todo, aparecen estos conocidos “préstamos” de la lengua inglesa. Tanto que nos hemos acostumbrado a oír expresiones como tener un feeling, palabras como hobby, bluetooth, la misma palabra blog, link, backup, bestseller, software, topless, tour, videoclip, vip, e-mail, web, zapping, hot-dog, Cd, gay, fast food, password, shopping, etc. De modo que no es de extrañar que de vez en cuando veamos un thriller en el cine, y no una película de suspense, lo mismo que no veamos nuevas versiones, sino remakes. Y ahora también reboots. Y de eso quiero hablar, no de la ingente cantidad de palabras prestadas que hemos adoptado a la hora de hablar, sino de esta nueva moda en el cine de Hollywood, la de recurrir incesantemente a la vaca de los recuerdos para poder exprimir lo que le quede de leche, y seguir así con el tirón comercial que ya obtuvieran en el pasado. ¿Para qué innovar si se sabe que una idea es buena? De ahí la gran cantidad de remakes y reboots hoy día en el panorama cinematográfico yanki. Pero antes dejemos las cosas claras, porque en esto, como en tantas otras cosas, hay bastante de confusión, y luego se montan “unos pollos” de cuidado en los acalorados foros de la red.

Un remake, como la propia palabra indica, es un rehacer algo que ya estaba hecho con anterioridad, y manteniendo un cánon previamente establecida por la primera película, lo que da continuidad a la nueva respecto a la anterior. A bote pronto recuerdo el remake de King Kong, de Peter Jackson, El planeta de los simios, de Tim Burton, Psicosis, de Gus Van Sant – esta última, que no he visto, es simple y llanamente la misma peli copiada plano por plano, lo cual no parece tener sentido en mi opinión. En ocasiones estas revisitaciones de la película original no consiguen tan siquiera llegarle a la suela de los zapatos a la primera, y en contadas ocasiones sí consiguen aportar algo nuevo, sobre todo cuando la película objeto del remake ha quedado desfasada con el paso de los años. Por ejemplo, aunque yo no haya visto la original de 1958 (dirigida por Kurt Neumann) reconozco que muy buena debería ser para igualar, o incluso mejorar el remake llevado a cabo por el director David Cronenberg en 1986 de La mosca, con Jeff Goldblum en el papel del doctor Seth Brundle. Con esto quiero decir que a veces el remake puede valer el esfuerzo, otras veces simple y llanamente carece de interés. El término se ha aplicado sobre todo en el caso de las series de TV que pasan a ser películas, como es el caso de El fugitivo, serie de TV del año 1963, que fue interpretado por Harrison Ford en la versión cinematográfica de 1993.

Un reboot replantea un nuevo cánon, ya lo dice la palabra, es un rearranque o reinicio, una especie de borrón y cuenta nueva. En general para hablar de reboot tenemos que pensar que habrá más de una película, es decir, que habrá secuelas que seguirán el nuevo cánon. Lo que se cuenta olvida de forma consciente cualquier anterior versión, para poder iniciar la historia de nuevo con absoluta libertad. Como le ha ocurrido a Batman Begins, que gracias a Dios pasó totalmente de las anteriores versiones. Desechó la ambientación gótica de las antiguas versiones de Tim Burton (que a mí sí me gustaba), y también el estilo hortera y colorido de Schumacher (que me pareció horrible) La nueva saga iniciada por Christopher Nolan consiguió que olvidáramos algunas de las anteriores e infames películas acerca del hombre murciélago, y por eso se convirtió en un precedente muy importante en esta moda de hacer reboots. La de contarnos la historia desde cero, pero esta vez, se diría, contándonosla de un modo distinto, y pretendidamente mejor. Casino Royale, reboot de James Bond, buscaba distanciarse lo suficientemente del tono de las anteriores veintitrés películas del agente secreto contándonos sus orígenes, y liberando a las nuevas películas que a partir de entonces se hicieran sobre el agente británico. El increíble Hulk, también quería separarse de la anterior película, Hulk, y cambió la historia desde los mismos orígenes del personaje. Lo mismo pasa con la nueva de Star Trek, Get Smart, etc

No tengo nada en contra de los reboots, si son como el de Christopher Nolan, ni tampoco de los remakes cuando estos están justificados de sobra, cuando por ejemplo, la tecnología ha avanzado lo suficiente como para volver a contarnos la historia con medios más adecuados a los nuevos tiempos. O cuando la anterior versión cinematográfica digamos que era más bien flojilla. Claro, los de Hollywood dicen que lo importante no es “lo que cuentan”, sino “cómo te lo cuentan”. Aunque les venga al pelo para sacarse unos milloncejos no les falta razón. No hay nada nuevo bajo el sol se dice, y lo creo. Del mismo modo que hay un montón de representaciones artísticas tradicionales (pintura, escultura, dibujo) que recrean una y otra vez las mismas escenas, los mismos personajes, idénticos momentos, igualmente cada uno de estas representaciones difieren unas de otras, cuando son buenas, y para mí, no pierden interés. Lo mismo pasa con el cine.

Algunas personas en los foros hablan indistintamente de reboots, remakes, y peor aún, olvidan que algunas de estos remakes y reboots son en verdad adaptaciones de obras literarias que las preceden cuya calidad es superior por lo general, y de las que parecen olvidarse. Hace poco leí que Warner Bros había comprado los derechos de la famosa novela de Michael Ende La historia interminable, para hacer una nueva adaptación. Se hizo una película en 1984 de la mano de Wolfgang Petersen, y dos secuelas más que jamás he visto, ni quiero hacerlo. Como lo que quieren es contar la historia desde el principio, es decir, realizar una nueva y más fiel (espero) adaptación de la novela, hablaríamos de un reboot. Algunos se echan las manos a la cabeza horrorizados ante la sola idea. Pero olvidan que el libro original contiene muchísimas más ideas, y es mucho mejor que la versión cinematográfica del año 1984, por mucho que creyéramos que era fantástica en aquel entonces cuando aún éramos unos peques. Pregunto yo, ¿acaso no se han hecho un montón de reiteradas adaptaciones cinematográficas de la obra de Shakespeare? Y nadie dice que éstas sean reboots, claro, porque no tienen secuelas que dependan de la primera, pero tampoco son remakes, porque no rehacen estrictamente otra película anterior, sino que adaptan nuevamente una obra de teatro, o novela originales, que son la verdadera fuente. Con La historia interminable pasa lo mismo, y nadie debería escandalizarse por eso. La obra literaria da para mucho más, la película ni mucho menos cubrió lo que para mí era y sigue siendo esta extraordinaria novela de fantasía. Horrorizarse ante la sola idea del reboot en este caso no le hace justicia a Michael Ende, porque la obra original es de él, y NO de Wolfgang Petersen.

No conozco casi ninguna adaptación al celuloide que pueda considerarse totalmente fiel al espíritu de la obra literaria. En cualquier caso, aunque sí haya buenas películas que adapten buenos libros, por lo general éstas se dejan demasiadas cosas en el tintero, dada la vastedad de la novela que versionan, llegando en muchas ocasiones a diferir lo suficiente como para que se hagan nuevas adaptaciones cinematográficas. Pero ese es otro tema del que hablaré en otra ocasión.