A muchos os habrá pasado que habéis visto una peli por recomendación de un amigo o porque la descripción de ella en el periódico del día os pareció interesante. Si dejamos de lado aquellos que van al cine porque les llevan (ver un post anterior para más info), los que se informan un poco antes de ver cine pueden pasar por críticas de todo tipo, normalmente opiniones informales entre amigos, comentarios de críticos en el diario local, webs de crítica de cine y blogs diversos.Creo que el único medio audiovisual y además controlado por las productoras para promocionar las pelis es el trailer, ese vídeo de escasos minutos que nos permite ver imágenes de la película. Actualmente no tenemos que ir al cine para ver trailers, basta con buscarlos en internet, por lo que su efecto se vuelve cada vez más poderoso.
Creo que realizar trailers es todo un arte, y también un negocio, que esta basado fundamentalmente en el marketing, ya que trata de crear expectativas sobre un producto que se quiere vender: hacer que una película de dos horas sea vista por la mayor cantidad de gente posible con sólo uno, dos, o tres minutos de tiempo es todo un reto y estimo que requiere de un equipo de personas que se preocupen de miles de detalles que el espectador ignora.
Al contrario de la industria publicitaria de televisión, en la que podemos ver piezas comerciales muy buenas y también auténticos mamarrachos promocionando marcas de coches, bebidas, seguros, etc; para empezar la industria del cine tiene menos cantidad de “productos” a promocionar en menos cantidad de tiempo, y el resultado se puede medir mucho mejor a corto plazo en la asistencia a las salas (por supuesto el trailer no es lo único, pero influye en un tanto por ciento importante).
A diferencia de las empresas con una marca que se puede mantener por un período de tiempo (lo cual permite rectificar o al menos tener más oportunidades de dar mensajes), una productora no se puede permitir un mamarracho de trailer, o eso pienso yo.
Y de allí que últimamente siento que casi todos los trailers que veo tienen una calidad muy buena: escenas interesantes, cortes precisos, música que emociona, frases contundentes e inspiradas... el problema es que pueden hacernos creer que la película va a tener realmente el mismo ritmo, y va a hacernos vibrar de la misma manera.
Pero trailers realmente emocionantes nos han conducido a ver películas que sólo consiguieron arrancarnos bostezos. ¿Alguno vió el trailer de Bridge to Terabithia? Puente a Terabithia para mi es un buen ejemplo de un “misleading” trailer. No es que la película sea un bodrio, es simplemente que el trailer puede atraer engañosamente a gente que quiere ver otra cosa. Lo peor que puede pasar es crear una expectativa y luego ofrecer algo distinto. Por otro lado, el trailer no es indicativo de que un guión sea bueno o que los actores sean poco creíbles, ni evita que el montaje sea desastroso, pero al menos debe adelantar la película, no otra película.
Alguien podrá decir que en cualquier caso se cumplió el objetivo, fuiste a ver la película ¿no? Pero la cuestión está en que el equipo de marketing decidió que el contenido tal cual no valía la pena, había que distorsionarlo y hacernos creer otra cosa distinta, porque sino, habrán decidido, no vende. ¿Tal vez entramos al pantanoso terreno de la ética publicitaria? Desde mi punto de vista ser fiel a la película en un trailer sí que tiene efectos en el medio y largo plazo: la gente simplemente no va a creer más que esas escenas sean representativas y es una cuestión de profesionalidad: no vender gato por liebre. Además, vender sin creer en el producto es engaño, y si hay gente de publicidad o marketing a quien le haya pasado (tener que “vender humo” como parte del trabajo), sabrá que la cosa no se sostiene y sólo puede traernos remordimientos con el tiempo.