
Siento haber dejado el blog tan desolado por tanto tiempo, pero a veces cuando no hay nada que decir es mejor no decir nada… Aprovecho mis mini vacaciones en Perú para escribir desde Lima este post. Y en línea con mi entorno, qué mejor que describir en pocas líneas la situación del cine en la capital de mi país. Con perdón de los entendidos, claro. Y es que en Lima he podido contar hasta 40 salas y me es imposible analizarlas todas o aventurarme a dar una opinión muy entendida de las infraestructuras. Al menos he identificado 3 cadenas de multicines que “gobiernan” el mercado: Cineplanet, UVK y Cinemark. Para una población de 10 millones de habitantes creo que es bastante aceptable.
Por supuesto la cartelera difiere radicalmente de la de España. Aquí dominan sobretodo las películas estadounidenses y nadie se rasga las vestiduras por este hecho. Eso sí, cuando hay alguna película de producción local los cines se llenan durante tres meses. Eso ha pasado con La Teta Asustada, película que la verdad me parece aburrida de muerte, pero que aquí logra estar a la par que Gran Torino en las clasificaciones de la crítica. Nada más injusto desde mi punto de vista, Eastwood se ha lucido y muy por encima de la película de la peruana Llosa, pero el nacionalismo es así, como el amor, a veces deja un poco ciego. Como anécdota curiosa deciros que esta REC de estreno, única película extranjera en estos días.
En cuanto a la comercialización de películas, en el Perú como en cualquier país con acceso a la red, se descargan películas por internet, por supuesto. El problema es que aquí no sólo son para uso personal o para ser vendidos “a escondidas” en la calle como en España, sino que existen sendos centros comerciales con catálogos de películas piratas listos, para consulta del cliente. Puedes hacer tu pedido y recoger al día siguiente una selección de todos los estrenos de la semana si quieres. Por el cómodo precio de 5 soles (no llega a euro y medio), tienes cualquier estreno en tus manos, con portada a color y todo. Por supuesto que esto no está autorizado ni es legal, pero existen prioridades mayores para la policía. Además con una oferta legal con precios similares a los europeos, no es de extrañar que sólo algunos privilegiados tengan acceso a versiones originales con derechos pagados. Pasa lo mismo con los libros. Con un sueldo medio de 200 euros al mes, a mi no se me ocurriría pagar 10 eur por un libro, por muy bueno que este sea. Las versiones de bolsillo son escasas y el precio es el mismo que en España, por tanto, caras. El mismo libro me sale más barato en el aeropuerto de Madrid que en una librería de Lima. Por tanto, cuando se dice que la gente no lee, hay que preguntarse si es por falta de ganas o de recursos.
Al menos el acceso al cine no esta tan restringido. Aquí los precios varían considerablemente según el barrio (distritos). El precio de una entrada de cine en un barrio de clase obrera puede valer el 50% de la entrada del cine ubicado un barrio de tipo comercial o turístico. El libre mercado ha logrado aplicar la discriminación de precios en este caso para beneficio de más espectadores, aun así ir al cine es una actividad de ocio cara, especialmente si va acompañada de popcorn y gaseosa (aquí las "palomitas" son las que vuelan y el "refresco" es una bebida sin gas, pero la palabra se usa poco). Además si se va en carro (el coche es para el bebé), el parking/estacionamiento se paga aún más caro si estas dentro de un centro comercial. En fin, que están todas las consideraciones de precio de siempre, pero con un recargo por seguridad y comodidad en cada caso.
Y aquí termino este mini reportaje, auspiciando un lleno total de las salas para este fin de semana Santo. Y es que los que no salen de Lima al menos pueden evadirse viendo una loca por las compras o llevando a los niños a ver Monsters versus Aliens eso sí, con la opción subtitulada disponible. ¡Nos vemos en Mallorca!
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