abril 06, 2010

Todo por la pasta


Sí, por la pasta, y no por la calidad artística, es por lo que se están moviendo ahora los estudios cinematográficos en Hollywood. Más que nunca, ahora podríamos recriminar con justicia el que algunos decidan alegremente tomarnos el pelo como espectadores, y que, con la crisis económica actual, unos cuantos decidan aprovechar el tirón de este nuevo filón que es el 3D estereoscópico. Nadie quiere perder dinero, o en todo caso nadie quiere dejar de ganar lo que ganaba antes, no quieren los bancos, ni tampoco quieren los particulares, que han invertido su dinero en uno o varios inmuebles. De modo que nadie baja los precios, y nadie compra. Con la industria cinematográfica pasa que no sólo nos suben el precio ( hasta un 50% más) de la taquilla si queremos ver esa nueva y fascinante tecnología en 3D, sino que además estamos dispuestos (bueno, yo no estoy tan dispuesto) a pagar el precio. Los estudios de Hollywood se frotan las manos al comprobar como la taquilla este primer trimestre de año ha aumentado al menos un 10% con respecto al año pasado, y no han dudado en apuntarse a la moda a lo bestia.

¿Qué tiene de malo esto? ¿Acaso la película de James Cameron no ha demostrado con creces que realmente el 3D puede ser un valioso plus a la hora de disfrutar de la espectacularidad de la película? La taquilla de Avatar ha sido arrolladora. Hollywood, como no, se ha dado prisa en ponerse al día, y se ha puesto a ordeñar la vaca como loco. Sin embargo la escuálida vaca, con tantas prisas, no da más de sí. Pero a ellos les da igual. ¡Hala a exprimir! ¿Por qué lo digo? Bueno, el tema por lo visto se anda comentando en los foros y demás blogs de la red, porque hay dos maneras de afrontar el 3D. No me refiero al espectador, que, pobrecillo, sólo puede morderse las uñas resignado cuando descubre el engaño, o quedarse boquiabierto cuando el producto es realmente sorprendente... No, me refiero a los responsables del producto, a quienes prometen algo que luego no cumplen. En definitiva un director puede rodar la película en 3D, o bien puede a través de la "conversión informática" pasarla al formato 3D una vez rodada. Por lo tanto los hay que como James Cameron en Avatar rodaron la película con este formato 3D, y por consiguiente pensando cada uno de los planos en concordancia al formato, y por tanto con los medios adecuados. Y los hay que ruedan la película convencionalmente, y a posteriori y a toda prisa la convierten en 3D. Y lo hacen mal. Pero les da igual, porque sacan más dinero con el plus en la taquilla. Porque parece ser que ni tan solo dedican el tiempo necesario para la conversión del formato 2D (el normal) al formato 3D estereoscópico (os recomiendo leer este artículo de El Pais, que explica todo esto muy bien). El resultado es decepcionante, y por eso no es raro que sean muchos los que se quejan por haber pagado más dinero en taquilla creyendo que iban a encontrarse un 3D como en la película de Cameron, Avatar. No en vano, en deadline.com James Cameron ha dicho lo siguiente: "Si quieres hacer una película en 3D, ruédala en 3D. Este es el típico ejemplo de Hollywood haciendo algo mal". Efectivamente, luego nos llegan películas como Furia de Titanes, y la gente se queja. Yo, por cierto, esta película no la he visto en 3D. Pero ya es mala en una sala convencional, toda una decepción, como para andar pagando más dinero por un desastroso 3D. Alicia en el País de las maravillas, de Tim Burton también ha sido convertida de 2D a 3D, y de momento ha tenido una espectacular taquilla en USA. Habrá que esperar a que llegue aquí a España para poder juzgarla... y sí, es posible que yo sea de los incautos que paguen por verla en 3D, más que nada porque me encanta el trabajo de este director.

De momento ya son unas cuantas las películas que llegarán a las salas de cine en formato 3D: la precuela de Alien con Ridley Scott, que será rodada en tres dimensiones (y no reconvertida a posteriori con un programa informático). También llegarán en 3D, aunque no sé si reconvertidas, o filmadas originalmente en 3D, las dos entregas finales de Harry Potter. Reconvertidas se estrenarán Green Lantern de Martin Campbell, Sucker Punch de Zak Snyder. Fantastic Voyage 3D, remake de la película de 1966, será producida por James Cameron, y filmada en 3D. Se dice que al director Guillermo del Toro, que está preparando The Hobbit en Nueva Zelanda, le están preguntando los jefazos si piensa rodarla en 3D, (New Line y MGM son las que ponen el dinero, y la Warner distribuye) Si los tres se empeñan y obcecan con la idea me temo que a Guillermo del Toro no le quede otra que replantearse las dos películas de The Hobbit para que éstas se rueden en el dichoso y taquillero formato. Y seguro que me dejo más películas que están cayendo en la vorágine esta del 3D.

Como apunte personal, a mi lo del 3D me es un poco igual, y de hecho las últimas películas que he visto no necesitan para nada de esta nueva tecnología, como por ejemplo The ghost writer de Polanski, parece obvio, que además es una muy buena película. Pero tampoco creo que lo necesiten algunas de estas que se reconvierten a toda prisa, películas que por temática deberían ser espectaculares, pero que sólo marean porque están mal reconvertidas, y su 3D es deplorable. Además, aún en el caso de que el 3D sea adecuado, y espectacular, esto no consigue evitar que una película sea mala si lo es, ni mucho menos. Al final, lo que yo quiero es que una película sea capaz de conmoverme, que me toque la fibra (me dé miedo, risa, alegría...da lo mismo), y no que me fastidie con volteretas imposibles y pirotecnias huecas. Que el cine es arte (debería serlo en mayor o menor medida), además de negocio. No una mera atracción de feria, como cualquiera de las que uno se encuentra en la Universal.